lunes, 11 de abril de 2011

El luto y la poca intimidad del dolor


Por cuestiones personales que algunos de mis amigos conocen, estoy inmersa en momentos de dolor y pérdida y como yo soy mujer de protocolo, pues no he tenido más remedio que reflexionar sobre el tema.

Siempre me gusta ahondar en las razones que tienen por base cualquier cosa relacionada con los usos sociales y la verdad es que sorprende ver como algo que nace de una manera tan lógica, al final se va desvirtuando hasta quedar en una especie de cosa rara y sin sentido.

Yo siempre voy a los funerales de luto... no sólo porque sea una manera de demostrar respeto hacia lo que está pasando, si no como una forma de protección. El color negro aisla a quien lo lleva y evita al máximo las manifestaciones sociales. En general, el color negro es el de los malos de la peli, los villanos y la muerte... porque genera rechazo... Ahora es el color de la elegancia, pero antes de que Cocó Chanel nos vistiera de cuervos no era un color que la gente llevara de manera habitual y es por algo.

No entiendo porqué se ha perdido el respeto al dolor, pero claro, si ves cinco minutos Tele 5 lo entiendes todo.

Eso es otro tema que me preocupa... la intimidad del momento. Cualquier evento relacionado con las emociones... Véase bodas, bautizos, etc, las convocatorias suelen ser restringidas. Es como si mostrar emociones se viera reducido al ámbito de lo privado con toda la razón, claro.

Ahora bien, los funerales son de convocatoria abierta.. se apunta todo hijo de vecino con las consabidas frases de "es ley de vida" "para sufrir mejor asi" "no somos nadie" justo en el momento de mayor dolor, donde lo único que te apetece es derrumbarte y no aguantar a la serie de personas que ni siquieras conoces de nada, intentando ser amable de una manera tan artificial que resulta un asco.

Este es el único punto donde la tradición me parece que debería ser puesta en entredicho y hacer de este momento tan terrible algo verdaderamente simple e íntimo.

Yo apuesto por el luto real, no al estilo Bernarda Alba, pero si por una versión respetuosa.

Más que de atuendo, de actitud. Jamás iría a un funeral por quedar bien... porque me parece un atentado a la intimidad del momento. Una nota de condolencia creo que es suficiente. Ir a un funeral para mi es algo tan intrusivo que intento pasar lo más desapercibida posible y solo espero que el que próximamente tendré, no vengan muchas personas que apenas conozco, porque las emociones están a flor de piel y ya es un acto de contención tremenda no abandonarte al dolor como para encima tener que hacer vida social.

¿Qué opináis sobre el tema? La verdad es que es un tema tan espinoso que no tengo otras opiniones cerca...

La imagen es Letizia Ortiz en el funeral de su hermana

8 comentarios:

carmela* dijo...

Hace ya casi 5 meses que perdí a mi padre y me has traido muchos recuerdo de ese momento tan duro en el que llevas toda la razón del mundo. Había momentos que aquello parecía una feria… hay momentos en que el cotilleo no pega.Fué el dia más largo de mi vida…
En cuánto a lo del color creo que eso es más por el que dirán y por tradición que por otra cosa. Ese dia elige tu estado de ánimo…

P.D.: Muchos besitos, "agarrate los machos" y "pálante" :)

Begoña Antón dijo...

Gracias Carmela.. por eso creo en el luto actitudinal... pues eso, me agarro los machos y para adelante siempre.
un beso amiga

Peterson dijo...

Si es lo que tú sientes, amiga, seguro que es lo correcto. Como tú siempre dices y sabes mejor que nadie, el protocolo, los usos sociales y las normas de educación tienen un origen y razón de ser, en este caso arropar a la persona que atraviesa un duelo en un momento duro y amargo. Si pasa a a convertirse en un fastidio extra... pierde su razón de ser.

GINGER dijo...

Totalmente de acuerdo contigo en cada una de tus palabras, habría que respetar mas el luto y que fuera mas intimo!

besos desde mi agenda
http://laagendadeginger.blogspot.com/

Carmen López dijo...

Por desgracia también me ví en un trance de esta índole. Yo no soy de visitas al hospital, ni de cementerios, sé que hay personas que hacen de ello "su" estilo de vida, pero, como tú, respeto demasiado una enfermedad y una despedida como para inmiscuirme en algo tan introspectivo. El luto es algo que se lleva en el alma, mucho más pegado a los sentimientos que a la piel. El día que a mi madre le dije un "hasta luego" no ví a nadie, estaban, pero no les ví, no podía ver más allá de mis maravillosos recuerdos. Aunque pueda parecer extraño no derramé una sola lágrima, mi madre tenía unos ovarios bien gordos, y creo que se habría levantado a darme un buen bofetón por "blanda". Después de ese día no la he echado de menos, porque no se ha ido... Es curioso, hay personas que te impregnan tanto de su sabiduría que te dura eternamente. Por experiencia puedo decirte que quizá, llegado el desgraciado momento, la tengas más a tu lado que nunca. Un beso y mucha fuerza.

Juanjo Rengel dijo...

Justo el de la imagen me rompió. Una persona obligada a dar explicaciones cuando no tenía fuerzas ni siquiera para andar.

Tengo terror al momento de perder a alguien querido. Jamás pasé por eso. Ni un funeral, ni un cementerio... No pisé nunca ninguno

Eurídice dijo...

A mí me molesta soberanamente que haya gente que no conocía a la persona fallecida. Entiendo que quieren dar el pésame a quien sí, pero realmente -cuando murió mi abuelo fue cuando realmente lo experimenté- me indigna escuchar una sola risa en un momento en que intento honrar los últimos momentos de la presencia en cuerpo [presente] de mi ser querido.

No entiendo a esa gente que va a una cosa de esta índole 'por cortesía' o 'porque tengo que ir'. No, se va porque así se siente. No es una boda ni una celebración de la amistad. Es un momento tan tan íntimo que duele tan sólo el recordarlo.

Muy buena entrada.
Encantada de conocerte.

Begoña Antón dijo...

Gracias Eurídice... totalmente de acuerdo contigo. El dolor es algo demasiado íntimo...
Un saludo!
B.