Si las personas fuésemos conscientes del gran acto comunicativo que supone vestirse de una manera u otra, nadie dejaría al azar una tarde de compras.
Cuando nos vestimos de una manera determinada, inconscientemente elaboramos mensajes codificados que el resto de personas descodifica y se crea en su mente un poderosos mensaje... el que el otro ha emitido.
Suena un poco enrevesado pero todos lo hacemos diariamente de manera consciente o no. Lo que llevamos puesto habla de nosotros, de quienes somos, de cómo vemos el mundo y qué opinión tenemos a grandes rasgos.
A veces, el éxito de una reunión o entrevista es la coherencia que existe entre lo que decimos verbalmente y no verbalmente. Cuando la imagen no refuerza este mensaje, se produce "ruido" comunicativo, y por lo tanto, el mensaje pierde credibilidad.
Cuando mañana te vistas, piensa en el mensaje que estás transmitiendo y en si es adecuado o no para lo que te espera a lo largo de la jornada.
Al fin y al cabo, es el atrezzo de la obra más importante del mundo: tu propia vida.
2 comentarios:
Que razón tienes.
Que importane es una buena presencia en todo.
Besitos,
Muchas gracias. Yo hasta me marco en la agenda el tono del vestuario según la ocasión y las personas con las que voy a tratar.
besos Anika
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