viernes, 27 de agosto de 2010

El poder de la lectura

El otro día estuve en el cine viendo una película sencillamente deliciosa... "Mis tardes con Margeritte" y de pronto entendí lo importante que es para todo el poder de la lectura.

Como yo era hija única, lo que más me gustaba de pequeña era deborar todos los libros que caían a mi paso. A veces sólo iba a visitar a mis tías para poder robarles algún ejemplar de sus estanterías... y que luego reconocían cuando llegaban a mi casa, claro.

Era tal la necesidad de lectura, que hice pasar a mi vecina por hermana para poder apuntarla al biblio-bus y poder coger más libros en verano.

Leer me hacía pensar que podía vivir tantas vidas como me diera la gana. Podía tener aventuras, descubrir tesoros escondidos, conocer piratas, hadas, duendes y todo lo que me apeteciera. Era lo único que me libraba del hastío de no tener hermanos con quien pelear... eran mi única compañía.

Me impactaron Heidi y el diario secreto de Adrian Mole. Aun me gustan.

Luego, ya en mi época castrense, no sé qué hubiera sido de mi sin los libros en las eternas noches en el cuerpo de guardia, en los malditos convoys a todas partes... me libraban un rato de la ceporrez de algunos compañeros. Eran mi consuelo.

Y ahora veo esta película y entiendo que la lectura es la única salvación posible para el mundo.
Necesitamos ponernos en la piel de otros, ver la belleza del mundo a través del viaje que las palabras nos ofrecen.

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